jueves, 29 de octubre de 2009

caminata lunar (un juego de 1987)



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¿Me vas a hacer un vestido?
un vestido de acuario
vas a enseñarme a tejer
vas a enseñarme a cocer a máquina
y aunque la nena Silvina no quiere salir con el vestido sucio y arrugado.
Yo sí.
Y si me lo rompo
y si meto el pie en la zanja
quiero encontrarme con vos y jugar.
Los vestidos me gustan y los vestidos no me gustan.
-Susana, ve y dile a Silvina que se saque la ropa y que la planche en el cuarto de atrás.
En pleno lío encontrás a la nena y a la tela, y la mirás en detalle. Es perfecta, y los puntos de luz en mis ojos también son perfectos.
Hoy vas a cocer esta libertad a máquina.
Para Gabriela hay concha cocida.
Para Gabriela hay nenas malas.
Para Silvina hay pechugas de pollas -dice.
-No se, criatura. El pimpollo se abre si llueve más de dos veces. No te voy a contar a vos lo que es la matemática. No se cuenta la matemática. Es una pregunta que no se.
¿Y si llueven papeles plateados sobre mi vestido?
Silvina se ríe por el desteñido, por la modista que corre. Porque le agarra el mareo. Y cuando a la señora le agarra el mareo escribe, corre.
-Eso no significa que deba entrenarse las piernas para el corte y la confección.
Para mi vestido quiero que Gabriela abra los ojos, diga un color y un ángulo de puntada. Pero que sea febrero, que la tela se enamore del viento, que tenga el largo hasta los pies y un enagua que me deje transpirar.
La plancha está caliente y larga vapor. Silvina espera la ropa asi sale.
Siempre miré detenidamente una abertura pequeña en la base de la máquina de cocer, y la aguja, y la rueda. Y más de una vez puse mi dedo en todo aquello. Traté de volver a construir el camino que seguía el hilo antes que yo lo arrancara. Pero la risa del Silvina, y el mareo de Susana y las obras teatrales de Gabriela, entre otras, me hacen perder la memoria. La de corto plazo.
Decido seguir adelante en la caminata lunar. Aunque la luna se haya quedado en la duda. Esta acuariana atrapa el vestido y lo hace hoy. Y me lo pongo cuando quiero. Me lo pongo cuando amo. Cuando soy Begonia, y soy Amada -Nerva-. Y si no me llevan, voy. Me tomo un colectivo y voy. Me encuentro con vos, te amo y te juego.
Una mujer vestido de acuario -de los pies a la cabeza- camina en la colchoneta de colores, en las esponjas y goma-espumas, y entre las redes de una luna.



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